Nunca he sido partidario del outing -esto es: sacar forzosamente del armario a la gente. Si alguna vez lo hice fue porque estaba implicado en la historia, o porque se trataba de una folclórica -o los dos a la vez. Pero centrándonos, no deja de sorprender que cosas populares y sabidas como que Ricky Martin sea gay, que lo reconozca, no deja de ser noticia.
Dejando fuera sentencias como «que cada uno se acueste con quien quiera» o «cada cual es libre de hacer lo que vea», creo que es un ejercicio de responsabilidad digno de elogiar. Novedad cero, importancia, quizás bastante. Aunque quizás también lo hubiera tenido que lo hiciera, no sé, diez años antes. Donde no existían grupos musicales abiertamente gays. Hoy, por existir, hay hasta jueces, curas o políticos. Futbolistas menos, ya, es verdad. Ah, algún que otro periodista también. Sirvan todos como referente distinto al que teníamos en los 80. Ahora bien, es una maldad llena de malababa pensar la de libros que venderá, no?