Seamos sinceros. Es el primer ejercicio de responsabilidad que tenemos que hacer los periodistas. Al menos, no dentro del sistema de grupos comunicación que hoy forman nuestro panorama informativo. Ahí la libertad de prensa no existe. Como tampoco la objetividad. Eso no quiere decir que puedes trabajar con toda la libertad. No olvidemos: toda información tiene una intención, y quien diga lo contrario, miente. Incluso cuando la intención sea destapar un caso de corrupción o un abuso de poder, existe esa intención. Incluso dando caña a los dos partidos por igual (cosa que pocos hacen) existe esa intención detrás. Y un periodista puede hablar tanto como callar. En el callar, en el silencio, reside principalmente la inexistencia de la libertad de prensa. Trabajando en la cadena SER nunca se me ocurriría cargar contra Prisa o El País como haciéndolo en Punto Radio nunca cargaría contra Vocento o el ABC.
Los conocidos coloquialmente como impuestos están en todos los medios: cuando alguien empieza una pieza con «permítanme que les hablemos de esta casa» o cuando alguien cita las palabras «OJD» y «EGM». Los maquillajes no sólo los publica el Gobierno con las cifras del paro.
Obviamente, en España no se va a la cárcel o se es asesinado por informar. Esa «libertad de prensa» sí que la tenemos. Espera, lo de ser asesinado por informar igual tampoco nos coge tan lejos. Que muchos periodistas siguen, en mayo de 2010, con escolta. Y no sólo hablamos de compañeros en el País Vasco. ETA es el principal problema para España en cuanto a la libertad de prensa según el informe publicado hoy por Reporteros Sin Fronteras. Pero ahí no se habla de la autocensura. Tampoco se oye hablar de esa censura local, donde un periodista de una pequeña ciudad o pueblo carga contra viento y marea contra alcaldes/concejales por su mala/corrupta/interesada gestión.
Ayer, coincidiendo quizás con este Día de la Libertad de Prensa, José Antonio Zarzalejos (ex-director de ABC) publicaba, en El País, un extracto del libro que cocina cuyo inicio es sintomático: «Mi destitución la conocía previamente, con todo lujo de detalles, Esperanza Aguirre, que había acumulado contra mí un arsenal de agravios».
Diferentes niveles, información ligada al poder o a quien pretende acceder a él. Pasa siempre, nos pasa a todos. ¿Pesimista visión de la realidad? No, nunca. Hay salida, soluciones, que pasan por formatos/soportes diferentes como Internet, medios nuevos como PeriodismoHumano, foros donde no callar como Cafe&Periodismo y mil un métodos más. Lo complicado es saber manejarte en ellos.
Ay, amigo. qué te puedo contar yo que tu ya no sepas… los grandes grupos de comunicación están acabando con el periodismo y han acabado convirtiéndolo en un mero objeto de negocio en lo que lo único que importa es hacer caja.
Comentarios por Asier — 3 mayo, 2010 @ 2:14 pm |